Friday 28 December 2012

Las mejores 50 películas de la historia (según la BFI)


 Navegando por mi página de Facebook me quedé pegado en un link que Daniel Olave, crítico y académico de cine, había dejado en su espacio en la red social. Éste hacía mención a una lista que la BFI (British film institute) había publicado en su sitio-web y que aglomeraba los mejores cincuenta films de todos los tiempos. Recopilación que se generó luego que la importante institución británica encuestara a críticos, distribuidores, cinéfilos destacados, etc. Pidiéndoles su opinión sobre cuáles serían las grandes cintas de todos los tiempos según su criterio.

El resultado, a los ojos de los cinéfilos, resulta bastante reconfortante.



En primer lugar se encuentra “Vértigo” de Alfred Hitchcock; lo sigue “Citizen Kane” de Orson Welles. Las listas americanas suelen destacar en el número uno, gran parte de las veces, a la opera prima de Welles, pero esta vez el puesto se lo llevó la obra del maestro gordito creador del suspense. “Vértigo” es mi película favorita. Es una obra fascinante. Funciona tan bien a nivel comercial, como a nivel intelectual. Su capa exterior nos habla de un cine masivo; sus capas internas nos hablan de perversiones, de voyerismo, de obsesiones personales. Visualmente es uno de los trabajos más llamativos, hermosos, potentes, expresivos que se hayan plasmados alguna vez en celuloide. El manejo del color como símbolo, como ambiente, como acento, como estética es para enamorarse y quedarse a vivir en la cinta.


El guión es tan perverso y oscuro, como romántico y tierno. El suspense es contenido, pero está presente durante toda la obra; a veces se muestra con orgullo, otras veces es sutil y magnético. El contraste de la tensión dramática, el propio suspenso dicho de otra forma, con las explosiones de sorpresa, es delicioso y está en perfecto equilibrio. La historia es tan fascinante, atractiva, romántica; es encantadora, sin embargo es un moneda con sus dos caras bien opuestas. Una de luz y otra de oscuridad; es el cielo y el infierno conectados por una puerta abierta y de libre acceso. Las actuaciones son sobresalientes: Kim Novak estuvo como nunca: sensual, elegante, enigmática; sencilla y voraz. Aunque toda su performance -dicen- se la debe a la dirección de Hitchcock, quien le sacó lo mejor de sí y dejó su divismo encerrado en el camarín. James Stewart, con cincuenta años, demostró que además de ser una estrella de sonrisas pudo interpretar a un hombre atormentado, enamorado y enfermo a la vez; y como nadie lo personificó; logró una actuación de carácter y legendaria.


Y por último, Alfred Hitchcock hizo una cinta que debería ser enviada al espacio exterior para que los extraterrestres sepan que en la Tierra existe esperanza, existe belleza, existen ideas y, sobretodo, existe amor por la creación, por el ser humano y por la vida. “Vértigo” es el espejo de la realidad humana; un espejo que muestra todas las facetas del homo sapiens: su perversidad, su oscuridad, su codicia, su egoísmo, su frialdad e insensibilidad ante la muerte; pero a la vez nos muestra como los seres que pueden contrarrestar y luchar contra ese germen purulento que habita en nuestro ser; en mente y alma, que poco a poco se acumula, se transforma en un absceso grande y a punto de explotar. En nuestro corazón somos yin y somos yang luchando constantemente; a veces gana uno y a veces gana el otro...

¿Cuál de ellos gana en el mundo; cuál gana en el “Vértigo” de Hitchcock?

Wednesday 19 December 2012

Terror zone


El género que aglutina el cine sanguinoliento, las películas de criaturas, de asesinos en serie, de experiencias sobrenaturales, las cintas que tiene como objetivo mostrarnos nuestro lado más oscuro y enfrentarnos a nuestros mayores miedos, al terror de mirar a los ojos eso que no queremos ver, el género del terror (u horror) es uno de los más vapuleados y, a la vez, de los más adorados por la audiencia.

Causa una fascinación extraña. Es quizás, con la ciencia ficción, una bodega que guarda los mitos, los horrores arquetípicos; la imaginación oscura que el ser humano ha cultivado desde el inicio de los tiempos.
Los críticos nunca han sido muy defensores del cine de miedo. Es absolutamente comprensible. La mayoría de las películas que se producen bajo las reglas del horror son porquerías antojadizas, gratuitas y pornográficas; no son dignas de ser consideradas un espectáculo cinematográfico y artístico valioso y trascendente. Sin embargo, hay autores de prestigio que entienden a esta arista del cine fantástico como un arte incomprendido, una industria con reglas particulares, que tiene en su forma y fondo una singularidad que no aprecian los encargados del análisis en los medios.


Stephen King, por ejemplo, considera que estos expertos no entienden en sentido del terror. Que andan buscando en cada film un “Citizen kane”, midiendo a los films que acuden al horror con la misma varilla con que medirían a “Stalker” de Tarkovski. Tenga razón o no, lo cierto es que el séptimo arte no sería el mismo si no fuese por el cine fantástico, de terror, sin la magia que adicionó este cine.
¿Qué hubiese sido de la creatividad en las películas sin el aporte de Melies, sin la radicalidad y revolución del expresionismo alemán; sin la narrativa, elegancia, el atrevimiento y lo gótico de las producciones de la universal: “Drácula”, “Frankenstein”, etc?


Ingmar Bergman estuvo muy interesado en el tema. “La hora del lobo” es una cinta fascinantemente oscura, gótica, inquietante; una pesadilla que envuelve y enfría la sangre con elegancia y elocuencia. Durante toda su filmografía ha utilizado elementos que lo vinculan al terror. Su vocación para inquietar y provocar miedo está relacionada a lo onírico, a lo brutal de la vida o a la visión ingenua y mágica de un niño, más que a basar el espíritu de sus cintas en historias que se ocupen de los mitos o matanzas.

Alfred Hitchcock basó todo su cine en el miedo. Psycho es la expresión explícita de los horrores que habitaron en su obra. Sin embargo, todas sus películas están cargadas de ese suspense que él creo y que expuso en pantalla como la intensidad del drama, pero que concretamente no era otra cosa que la proximidad a la muerte y al perjuicio de la persona.

Spielberg, el rey midas de la industria Hollywoodense, siempre estuvo interesado en el tema. Aunque el autor judío es más cercano a la ciencia ficción, en “Tiburón” y en “Poltergeist”, cinta salida de su creatividad, pero encargada a Tobe Hooper, expresó el más sincero amor por el género y su fascinación por las grandes amenazas reales y sobrenaturales.
Kubrick, maravillado por la historia de Stephen King, produjo “The shining” y creó una de las grandes películas de terror de todos los tiempos.

Así es como el cine de terror ha surgido a través de los tiempos. Fascinante para algunos; nefasto para otros; significativo, sin duda, como ingrediente para la ebullición de un séptimo arte que sólo lleva cien años de vida; una corta, pero fructífera vida.

Friday 14 December 2012

“Network”, la profetiza


 Sidney Lumet, el prolífico y subvalorado directo de “12 angry men” (“12 hombres en purga”, 1957) fue el encargado de dar vida a una de las obras más reveladoras y perturbadoras sobre el verdadero rostro del medio más masivo e influyente de la actualidad: la televisión. “Network”, la cinta que expone la moral y perversidad de la industria de la pantalla chica, fue estrenada en 1976, recibió numerosos elogios y premios, para la mayoría de su elenco y para su valiente y dramático guión.

Sidney Lumet

¿De qué va la cosa? En el film se cuenta la historia de un lector de noticias que, antes de jubilar, “enloquece” al aire escupiendo epítetos y verdades que aceleran la salida de sus funciones. Curiosamente, aquel incidente extraño y desconcertante se transforma en un éxito de rating, números que cuando llegan a la jefatura de la estación sorprenden y entusiasman a los directivos. Se decide, entonces, no desechar los servicios del periodista y mantenerlo en su puesto, opción que resulta contraproducente porque la tocada figura no detiene sus arranques de locura y euforia volviendo a irrumpir con rabia, insultos y verdades ante la cámara.


El rating sigue subiendo, la gente se entusiasma con el discurso del viejo y comienzan a seguirlo; su espacio crece, en presupuesto y escenografía, y el simple lector de noticias se transforma en una gran celebridad. A punta de verdades se gana la atención de los televidentes quienes ven sacudida su consciencia con todo la información que llega a su cabeza...


La loca figura se manifiesta con ira y elocuencia. En cada programa le dice a la gente que el sistema lo está engañando, que el poder no está en la política ni en las manos de la gente, que está en el mercado; que existen grupos económicos que dominan la vida, la sociedad y todas las empresas, entre ellas los medios; que existen abusos de cobranza y que los servicios que son entregados a la ciudadanía no son más que placebos y migajas para que viva tranquila sin rebelarse...

Los gerentes están felices. El show es el más visto de los Estados Unidos; el dinero que entra a la estación se triplica, se cuadruplica, se quintuplica; nos les importa que el velo falaz que cubre al sistema sea removido mientras ellos se llenen de nuevos recursos. Venden su alma por dólares, venden la integridad y su ética; el ser humano queda expuesto, el sistema también, y así nuestro egoísmo, avaricia y hedonismo...el crecimiento empresarial está por encima de todo, incluso de la vida humana...

La gran Faye Dunaway en "Network"

Todo marcha perfecto. La estación crece y el show atrae cada vez más miradas. Pero, un pequeño gran error echa todo por la borda. La cabeza más arriba, el jefe más mítico y menos expuesto, el dueño de todo, el propietario del canal y de una gran corporación pierde un gran negocio que involucraría millones de dolares, quizás miles de millones, por una declaración del enloquecido predicador de verdades, y ordena cortar cabezas...

Reitero: no importa la vida humana cuando se trata de ganar o perder dinero...

Ned Beatty interpretando al líder de una gran corporación.

“Network” es una obra perturbadoramente actual. Quizás, Sidney Lumet se dio cuenta de todo aquello en aquella época, la época en que el mundo era empezado a ser gobernado por las grandes corporaciones, y nos trató de advertir. La televisión, un medio oscuro, ayer y hoy, (hay que ver lo que ha pasado por estos días con la red de prostitución infantil y el abuso de poder del productor de TVN) que es manipulado por titiriteros nefastos, fríos, con intenciones conspirativas y ocultas. Un televisor está en casi todos los hogares, quizás todo el día prendido. Se le mira como un medio/aparato inofensivo y ahí está precisamente su característica más diabólica. Este aspecto de oveja, no es más que el disfraz de demonio.

La función número uno de la tevé es: desinformar. Se nos hace creer que si vemos noticieros estaremos al tanto de todo lo que ocurre en el mundo, pero no es así. Cuando vemos noticias solo vemos lo que el editor desea mostrar según los protocolos y la linea editorial de la estación. Los protocolos y linea editorial son normados por los dueños: las grandes corporación y los gobiernos de turno, ¿con qué fines?: alejarnos de la verdad, mantenernos pendientes por cinco meses de un reality, decirnos que tal político lleva tantos puntos en tal encuesta y que es un ser amable y preocupado por los reales problemas de la gente. “La entretención”, como se nos vendió el concepto, no es más que un mecanismo de evasión; mientras más pendientes estemos de los estúpidos programas que la caja pequeña exhibe, estaremos más lejos de la verdad, de cuestionar a las autoridades, de acercarnos a la realidad de los países, de luchar por derechos, de protestar, en definitiva de pensar, razonar y reflexionar. Una persona que no reflexiona se convierte en un borrego; hoy en día somos todos borregos felices y entretenidos.


La televisión tiene que ser liviana, “entretenida” y antireflexiva, dicen “ellos”. “Ellos” han creado un sistema dónde los trabajadores están todo el día en sus funciones, ganan poco y se cansan mucho, son explotados en labores de fuerza y mecánicas, y cuando llegan a sus casa-dicen ellos- lo único que les interesa es tirarse y ver algo divertido en el televisor, cualquier cosa que les evite pensar acto que se ha transformado hoy en día como un esfuerzo más, un gasto energético más...

“Network” es una obra valiente, comprometida e integra, olvidada quizás en el tiempo, pero con verdades plasmadas en celuloide que pueden ser revisadas. Lo que nos grita el viejo loco de la cinta es lo más cercano a la verdad. Pero como todo ser que se atreva a exponerla, como lo hizo aquel general que también consideraban perturbado en “Apocalipsis now”, debe ser eliminado.


Una escena de "Network" que tienen que ver...por favor.

Tuesday 11 December 2012

Otra vez podría ganar el “NO”


Después de que “La nana” ganara la competencia dramática en Sundance, el festival de cine independiente número 1 del orbe, todos pensamos que la cinta de Sebastián Silva con guión de Peirano, sería la candidata ideal para representarnos en los Oscars...pero no. El comité evaluador chileno, con una falta de criterio y visión impresionante, la dejó afuera privilegiando la obra de Littin, quizás, como un premio a su trayectoria.


¿Pensaba el jurado chileno que a la academia le iba a importar la carrera de Miguel Littin, carrera que ya había pasado a mejor vida hace varios años atrás?, ¿pensaban realmente eso?

Lo cierto es que a la academia de Hollywood le interesa más, hoy por hoy, los directores emergentes los que, una vez ganando el oscar a la mejor película extranjera, pueden ser reclutados por las grandes productoras como un ejemplar más en su lista de realizadores efectivos, artísticamente, pero sobre todo comercialmente.


Bueno, este año la cosa fue diferente: “No” fue la elegida. Peirano se repite el plato como escritor, y el encargado de estar tras las cámaras esta vez es Larraín, director de “Post mortem” y “Tony Manero”, entre otras. El comité, con un criterio diferente e igual (cosa que llega a inquietar), la eligió como nuestra principal carta para ganarnos el Oscar a la mejor obra extranjera por primera vez.


Lo más gratificante de todo esto es que “No”aparece en varias listas como una de las favoritas, y se repite tanto en los rankings de las cinco seleccionadas para el premio como en el de las virtuales ganadoras. Por supuesto, la tarea de obtener la estatua calva será durísima: podría llegar a competir con “Amour” de Michael Haneke, que se llevó la palma de oro en la última versión del Festival de Cannes y que ha aglomerado elogios y galardones alrededor del mundo; aún así hay chances...


Que una película chilena se gane un oscar a la mejor cinta extranjera sumaría a que nuestros autores y a que nuestro cine siga siendo reconocido en el planeta. Ya hemos ganado Goyas, premios en Sundance, premios en Berlín y en múltiples festivales con menos nombre, aunque no menos importantes. La valorización de las películas hechas en Chile no sólo trae más dinero y prestigio sino que continúa pavimentando el camino para la concreción de nuestra principal aspiración como país a nivel de cine expresivo y comercial: una industria chilena.

Escúchanos Alfred Hitchcock te rogamos...

Alerta: Crisis en el cine mundial


Durante toda la historia en que el séptimo arte se ha desarrollado y caminado hasta lo que tenemos hoy, nunca habíamos tenido una crisis tan significativa y notable. Quizás porque el cine estaba creciendo: fue un bebé, un niño y adolescente; hoy, cuando va llegando a su edad adulta, se ha corrompido y alejado de la ruta que en un principio estaba tomando.



La evolución a un estado de cine nuevo y puro ya no es posible, siempre bajo las condiciones y paradigmas que operan hoy. Todos los cambios positivos ya ocurrieron y lo que vemos en las salas, la mayoría masivas y múltiples, tiene que ver con un estado vicioso y crónico que ha transformado a la “inocencia” del nuevo arte en una “degeneración” de joven malcriado. El nuevo cine, esa película con semblante de eslabón perdido, quedó enterrada en espera que, quizás, más adelante se encuentre.

Howard Hawks

La crisis de las películas tiene que ver, como en todo ecosistema, con la relación con su entorno. La nueva forma económica, el neoliberalismo, no permite que un cine más humano, racional, sentido y meditativo sea posible. Se le mira mal, se le prejuicia, se le considera marginal; no se le estima como cine de verdad.

Satyajit Ray

Las grandes industrias quieren dinero. Se han enfocado para que su norte sea el empresarial únicamente. El profit es el espíritu. La relación arte e industria se fue corrompiendo con las modificaciones en la economía mundial. Desde 1982 el mundo no lo dominan los estados o la política; lo domina el mercado. El mercado dictamina que sigue y que no. Si tu producto, cualquiera que sea, produce frutos comerciales, tu producto tiene el derecho de seguir existiendo. Atar esta lógica perversa al arte es el error histórico que está llevando al séptimo de ellos a la UTI.



Hollywood, la meca del cine, es la meca también de esta nefasta industrialización, pero, ¿se les puede culpar?, ¿se les puede echar la culpa de querer levantar un negocio, cuando los grandes negocios son “lo que los países necesitan”? Quizás sí: Hollywood se originó como una alternativa al hambre de dinero que poseía la empresa que tenía la patente del aparato cinematógrafo y a la ambición de la mente tras el registro: Edisón. Es increíble, pero Hollywood fue cine independiente, forma que fue modificándose con los años... hoy son lo que la empresa de Edisón era.

Edison

...Y el cine comprometido no les interesa, menos ahora con la irrupción del 3D que casi no admite films de carácter más humano y contemplativos. En parte esta nueva tecnología está determinando el destino de la forma artística del cine...

Pero eso es hoy.

La crisis puede seguir o puede terminar. El salvador puede llegar. La película del mesías podría cambiar el panorama. Lo cierto es que hoy nos movemos en aguas pantanosas; mañana quizás navegaremos en el mar sereno y próspero que era el arte en celuloide en la era pre-Starwars.


Monday 10 December 2012

"Esto no es una pipa"

El cuadro del surrealista René Magritte nos permite entender de qué se trata la representación en el arte. En éste se aprecia una pipa plasmada de la forma más hiperrealista. Bajo ésta se lee en francés “Esto no es una pipa”. Efectivamente, eso no era una pipa, eso era la representación de una pipa...La representación es uno de los conceptos fundamentales del arte...



Alejandro Jodorowsky, en el final de su film “La montaña sagrada” quiso expresar una idea similar, si no la misma. Luego que los nueve protagonistas alcanzan la montaña y comen en la cima de ella, su líder espiritual, el mismo Jodorowsky, ordena a la cámara que haga un Zoom back, y al momento de ésta realizarlo podemos apreciar a los técnicos que son parte del equipo que realiza la película. Nos está diciendo Jodorowsky que esto es sólo una película y que todo lo ocurrido en ella, todas las acciones y el drama, no son más que una representación de la existencia humana, expuesta con actores y llena de verosimilitud para que confiemos en su contenido.



El arte para Jodorowsky tiene que operar en el hombre como un elemento sanador. “La montaña sagrada” resultó ser una catarsis tanto para el espectador como para el mismo autor. Esta impresionante cinta es una de las piezas más elevadas del cine experimental, de culto y artístico y, lo mejor, fue hecha por un chileno...

Jodorowsky pretendía crear una obra que escapara de las normas y convenciones que el séptimo arte venía ejecutando. Rompió con la estructura aristotélica alejándose de los tres actos que el griego había teorizado en su tiempo. Planteamiento, desarrollo y conclusión fueron llevados a un nivel de expresión personal y puestos en función de la lógica de la película. “La montaña sagrada” fue filmada cronológicamente. Por ende lo que vivieron los personajes, lo vivieron los actores. Todo aquel proceso de búsqueda de la iluminación se trató de una experiencia viva, dolorosa y palpitante.



La cinta se estructura en episodios. Cada personaje protagoniza uno de estos episodios. Luego se reúnen y caminan todos guiados por el líder espiritual hacia una montaña que representa la conexión entre el cielo y la tierra. Aquel lugar que es parte de nosotros y a la vez parte de lo divino. Una alegoría de lo que se considera un ser humano para el misticismo...



La obra tuvo inconveniente graves que casi no permitieron que se terminara. Jodorowsky expuso a los actores a riesgos reales como nadar en un mar lleno de tiburones donde casi todos se ahogan, subir grandes alturas, tomar líquidos que reaccionaban al interior del cuerpo; el mismo autor estuvo cerca de la muerte en numerosas ocasiones: en México fue amenazado de muerte por el gobierno indirectamente-explica; un homofóbico loco le puso una pistola en el pecho; el uso de uniformes de militares le trajo quejas formales y atetados; todo en “La montaña sagrada” fue conflictivo. Quizás por eso se creó una de las cintas más originales, densas y atractivas de toda la historia del cine.

Pero recuerden: “Esto no es una pipa”, “Esto no es una pipa”, “Esto no es una pipa”...


El escándalo de “Viridiana”


 “Viridiana”, la historia de una religiosa que, debido a su caridad y vocación católica, termina envuelta en una relación carnal-insinuada hay que decirlo-con su tío fetichista, es una de las películas más alabadas de Luis Buñuel, más analizadas por expertos y más fascinantes a los ojos de los espectadores, tanto por su polémico contenido como por su maestría narrativa, imágenes y tesis.



Su génesis se remonta a la época de Franco. El dictador español del siglo XX, que, en su afán de iniciar una revolución mediática y lograr limpiar la imagen del régimen, permitió el regreso a la madre patria de Luis Buñuel, exiliado ya hace muchos años en México. Franco propició el avance de la industria, abrió las puertas a los turistas los que trajeron nuevos recursos fortaleciendo la economía ibérica y permitió que muchos técnicos y profesionales salieran a trabajar a naciones del resto de Europa. Lo que quería el dictador era fraguar una imagen de mayor liberalismo y tolerancia, en otras palabras tratar de ser más permisivo con la información que se desplegase en la prensa, radio y cine; eso, por supuesto, en apariencia...un lavado de imagen engañoso.



UNINCI, productora ideológicamente vinculada al PCE (partido comunista español), trae de vuelta a Buñuel proponiéndole un proyecto que involucrase una mirada a la España costumbrista, claro, bajo la lupa del autor. A pesar de que la producción estuvo a cargo de UNINCI y Films 59, los recursos económicos corrieron casi en su totalidad gracias al aporte del productor mexicano Gustavo Alatriste. Así Buñuel concretó el guión de “Viridiana”, cinta que protagonizó Silvia Pinal y Fernando Rey. El texto se trasladó, como todos los guiones cinematográficos de la época, al departamento de censura franquista, el que objeta sólo una escena, la final. En ésta Viridiana se entrega a su tío en su cuarto y se desarrolla una relación carnal, que se concreta visualmente en el film. La secuencia fue extraía del libreto y reemplazada por la insinuación del inicio de esta vinculación sexual.



La cinta se lleva a Cannes dónde se exhibe sin música y con el corte original a nivel de imágenes. El jurado ya tenía la decisión de cuál película se llevaría la palma de oro, pero, debido a la exhibición de “Viridiana”, que fue la obra que cerró la muestra del prestigioso certamen francés, éste tuvo que borrar el nombre del afortunado y ponerle el de Luis Buñuel. Sin embargo, el premio fue recibido por José Muñoz Fontán director general de cinematografía y teatro del régimen. Franco había logrado un importante paso en su búsqueda ficticia de apertura: había traído de vuelta a un hijo de la tierra, admirado y requerido, Buñuel; y había conseguido un reconocimiento internacional, el galardón más importante del cine artístico.

Pero lo que tenía semblante de triunfo adquirió un rostro de fracaso y vergüenza. El vaticano plasmó una feroz crítica a la cinta en su pomposo pasquín L'Osservatore romano denunciando eufóricamente el carácter blasfemotorio del film y condenándolo como una cinta anti-católica y repugnante. Las consecuencia no se hicieron esperar: José Muñoz Fontán fue despedido y se prohibió informar y hablar de la película en toda prensa y radio. Se quitaron los carteles de exhibición y “Viridiana” fue radicalmente prohibida en España; es más, las copias fueron sacadas clandestinamente de la nación y, “exiliadas” hacia Francia.



El productor Gustavo Alatriste distribuyó la cinta en Francia y vendió copias en todo el mundo el que conoció, por fin, la genialidad de la obra UNINCI se fue a la quiebra y suspendió todo tipo de pagos. Las políticas de censura cambiaron de manera radical, sin embargo, paradójicamente, el cine español, ayudado por el escándalo que introdujo “Viridiana”, terminó una época y comenzó otra. La producción cambió, se masifico en varios aspectos, temáticamente se contuvo, pero se logró la consolidación de cierta industria. Más adelante, se consideraría el escándalo de “Viridiana” como un hito en el antes y después de un cine español, que tuvo que atravesar un régimen duro, sanguinario, censurador, pero ingenuo.

Acercamiento a la vida de Luis Buñuel


 Lejos de lo que muchos creen, la historia artística-profesional de Luis Buñuel, uno de los más grandes directores de cine que haya existido, no empezó en la producción en celuloide. Por allá por los años veinte, el autor español compartía existencia con importantes figuras de la cultura y la intelectualidad española agrupados todos en La residencia de estudiantes de Madrid. En aquel lugar convivían nombres como Federico García Lorca, Salvador Dalí, Rafael Alberti, Moreno Villa, más o menos, casi toda La generación del 27; el joven Luis era uno más, un escritor más. Fue Ramón Gomez de la Serna quien llevó de la mano a varios de estos estandartes culturales hacia el cinematógrafo.



Dentro de este trascendente grupo, Buñuel encabezaba el ala más radical, más combativa, más vanguardista. Es así como se traslada a Francia fascinado por el estreno de “Las tres luces” (1921), colabora con algunas producciones cinematográficas y se decide a realizar su primera incursión en el rubro de la mano de Salvador Dalí; ya todos sabemos de qué obra se trata, la surrealista, “Un perro andaluz” (1928). Más adelante, en 1930, filma “La edad de oro”, producción que es más cercana al segundo manifiesto surrealista publicado por el padre del movimiento André Breton. Su desempeño en Francia acaba y se traslada a su España natal...



Aquí levanta “Las hurdes”, una cinta muy atípica y que marca un vuelco de timón en su incipiente producción. Robusta en un ultra realismo, muestra a un Buñuel más comprometido, más político e idiológico, empujado e influenciado, como casi todos los autores de los años treinta, por la lucha contra el levantamiento de los imperios fascistas que se venían instaurando en la Europa de la época. Este “exceso de realismo” produce una sensación onírica, más cercana a una pesadilla, que acerca a la obra a la tradición del surrealismo de la que Buñuel no se ha despojado.

La guerra civil española estalla. Como consecuencia tiene que integrarse a una naciente industria española. Trabaja como asistente de director y dirige un par de películas industriales: “Don quintín el amargao” (1935) y “La hija de Juán Simón” (1935). Un dato curioso: El autor viaja a EEUU dos veces, en 1930 y 1938. Se pasea, en su primera incursión, por los grandes estudios y realiza trabajos de asistencia; pero en su segunda visita, cae en el MOMA y se le es encargada la misión de remontar cine de propaganda. Su tijera educativa toca una de las obras más trascendentales de la historia de las películas, “El triunfo de la voluntad”. Trabajo que realiza para demostrarle a las insensible e ingenuas autoridades americanas lo importante de la propaganda política en celuloide.



Buñuel es exiliado de España y en su nueva residencia, México, comienza a trabajar en cine de industria, masivo y melodramático, impregnado por la intensa religiosidad latina. Durante sus 36 años en México realiza numerosos films destacando “Gran casino” (1946), con el adorado Jorge Negrete, “Robinson Crusoe” (1952), “Los olvidados” (1950), “Él” (1952), “Ensayo de un crimen” (1955) y “Nazarín”.


Debido a que Franco quiere que su dictadura adquiera una imagen de mayor apertura, libertad y no-censura, permite que Buñuel retorne a España y haga una película en territorio ibérico. Así se gesta “Viridiana”, quién logra ganar Cannes y plasma una sonrisa en el tosco rostro del dictador, pero deja con migraña e ira al vaticano quién reclama y pone el grito en el paraíso. Se inicia así su periodo francés, su período moderno, más genial y maduro. Rueda “Diario de una camarera” (1964), y con “Bella de día”, su mayor éxito, la hermandad creativa con Jean-Claude Carriere, co-guionista del resto de sus obras, se concreta. Su trilogía “La vía láctea” (1969), “El discreto encanto de la burguesía” (1972) y “El fantasma de la libertad” (1974) constituye una ensalada con aliños brillantes de surrealismo, perversiones, realismo, irracionalidad, azar, narración e ironía.
Hace un paréntesis en medio de su ciclo francés para viajar a España y rueda su tercera película allí: “Tristana” (1970), para finalizar su carrera con la brillante, burlesca y sexual, “Ese oscuro objeto del deseo”, con la que se retira completamente.



Ayudado por su amigo y colaborador, Jean-Claude Carriere, escribe sus memorias tituladas “Mi último suspiro”...el 29 de Julio de 1983, el maestro español, Luis Buñuel, muere en su residencia mexicana, país del que tomó su nacionalidad, cariño y trabajo...