Friday 14 December 2012

“Network”, la profetiza


 Sidney Lumet, el prolífico y subvalorado directo de “12 angry men” (“12 hombres en purga”, 1957) fue el encargado de dar vida a una de las obras más reveladoras y perturbadoras sobre el verdadero rostro del medio más masivo e influyente de la actualidad: la televisión. “Network”, la cinta que expone la moral y perversidad de la industria de la pantalla chica, fue estrenada en 1976, recibió numerosos elogios y premios, para la mayoría de su elenco y para su valiente y dramático guión.

Sidney Lumet

¿De qué va la cosa? En el film se cuenta la historia de un lector de noticias que, antes de jubilar, “enloquece” al aire escupiendo epítetos y verdades que aceleran la salida de sus funciones. Curiosamente, aquel incidente extraño y desconcertante se transforma en un éxito de rating, números que cuando llegan a la jefatura de la estación sorprenden y entusiasman a los directivos. Se decide, entonces, no desechar los servicios del periodista y mantenerlo en su puesto, opción que resulta contraproducente porque la tocada figura no detiene sus arranques de locura y euforia volviendo a irrumpir con rabia, insultos y verdades ante la cámara.


El rating sigue subiendo, la gente se entusiasma con el discurso del viejo y comienzan a seguirlo; su espacio crece, en presupuesto y escenografía, y el simple lector de noticias se transforma en una gran celebridad. A punta de verdades se gana la atención de los televidentes quienes ven sacudida su consciencia con todo la información que llega a su cabeza...


La loca figura se manifiesta con ira y elocuencia. En cada programa le dice a la gente que el sistema lo está engañando, que el poder no está en la política ni en las manos de la gente, que está en el mercado; que existen grupos económicos que dominan la vida, la sociedad y todas las empresas, entre ellas los medios; que existen abusos de cobranza y que los servicios que son entregados a la ciudadanía no son más que placebos y migajas para que viva tranquila sin rebelarse...

Los gerentes están felices. El show es el más visto de los Estados Unidos; el dinero que entra a la estación se triplica, se cuadruplica, se quintuplica; nos les importa que el velo falaz que cubre al sistema sea removido mientras ellos se llenen de nuevos recursos. Venden su alma por dólares, venden la integridad y su ética; el ser humano queda expuesto, el sistema también, y así nuestro egoísmo, avaricia y hedonismo...el crecimiento empresarial está por encima de todo, incluso de la vida humana...

La gran Faye Dunaway en "Network"

Todo marcha perfecto. La estación crece y el show atrae cada vez más miradas. Pero, un pequeño gran error echa todo por la borda. La cabeza más arriba, el jefe más mítico y menos expuesto, el dueño de todo, el propietario del canal y de una gran corporación pierde un gran negocio que involucraría millones de dolares, quizás miles de millones, por una declaración del enloquecido predicador de verdades, y ordena cortar cabezas...

Reitero: no importa la vida humana cuando se trata de ganar o perder dinero...

Ned Beatty interpretando al líder de una gran corporación.

“Network” es una obra perturbadoramente actual. Quizás, Sidney Lumet se dio cuenta de todo aquello en aquella época, la época en que el mundo era empezado a ser gobernado por las grandes corporaciones, y nos trató de advertir. La televisión, un medio oscuro, ayer y hoy, (hay que ver lo que ha pasado por estos días con la red de prostitución infantil y el abuso de poder del productor de TVN) que es manipulado por titiriteros nefastos, fríos, con intenciones conspirativas y ocultas. Un televisor está en casi todos los hogares, quizás todo el día prendido. Se le mira como un medio/aparato inofensivo y ahí está precisamente su característica más diabólica. Este aspecto de oveja, no es más que el disfraz de demonio.

La función número uno de la tevé es: desinformar. Se nos hace creer que si vemos noticieros estaremos al tanto de todo lo que ocurre en el mundo, pero no es así. Cuando vemos noticias solo vemos lo que el editor desea mostrar según los protocolos y la linea editorial de la estación. Los protocolos y linea editorial son normados por los dueños: las grandes corporación y los gobiernos de turno, ¿con qué fines?: alejarnos de la verdad, mantenernos pendientes por cinco meses de un reality, decirnos que tal político lleva tantos puntos en tal encuesta y que es un ser amable y preocupado por los reales problemas de la gente. “La entretención”, como se nos vendió el concepto, no es más que un mecanismo de evasión; mientras más pendientes estemos de los estúpidos programas que la caja pequeña exhibe, estaremos más lejos de la verdad, de cuestionar a las autoridades, de acercarnos a la realidad de los países, de luchar por derechos, de protestar, en definitiva de pensar, razonar y reflexionar. Una persona que no reflexiona se convierte en un borrego; hoy en día somos todos borregos felices y entretenidos.


La televisión tiene que ser liviana, “entretenida” y antireflexiva, dicen “ellos”. “Ellos” han creado un sistema dónde los trabajadores están todo el día en sus funciones, ganan poco y se cansan mucho, son explotados en labores de fuerza y mecánicas, y cuando llegan a sus casa-dicen ellos- lo único que les interesa es tirarse y ver algo divertido en el televisor, cualquier cosa que les evite pensar acto que se ha transformado hoy en día como un esfuerzo más, un gasto energético más...

“Network” es una obra valiente, comprometida e integra, olvidada quizás en el tiempo, pero con verdades plasmadas en celuloide que pueden ser revisadas. Lo que nos grita el viejo loco de la cinta es lo más cercano a la verdad. Pero como todo ser que se atreva a exponerla, como lo hizo aquel general que también consideraban perturbado en “Apocalipsis now”, debe ser eliminado.


Una escena de "Network" que tienen que ver...por favor.

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