Sidney Lumet, el prolífico y subvalorado directo de “12 angry men”
(“12 hombres en purga”, 1957) fue el encargado de dar vida a una
de las obras más reveladoras y perturbadoras sobre el verdadero
rostro del medio más masivo e influyente de la actualidad: la
televisión. “Network”, la cinta que expone la moral y
perversidad de la industria de la pantalla chica, fue estrenada en
1976, recibió numerosos elogios y premios, para la mayoría de su
elenco y para su valiente y dramático guión.
Sidney Lumet
¿De qué va la cosa? En el film se cuenta la historia de un lector
de noticias que, antes de jubilar, “enloquece” al aire escupiendo
epítetos y verdades que aceleran la salida de sus funciones.
Curiosamente, aquel incidente extraño y desconcertante se transforma
en un éxito de rating, números que cuando llegan a la jefatura de
la estación sorprenden y entusiasman a los directivos. Se decide,
entonces, no desechar los servicios del periodista y mantenerlo en su
puesto, opción que resulta contraproducente porque la tocada figura
no detiene sus arranques de locura y euforia volviendo a irrumpir
con rabia, insultos y verdades ante la cámara.
El rating sigue subiendo, la gente se entusiasma con el discurso del
viejo y comienzan a seguirlo; su espacio crece, en presupuesto y
escenografía, y el simple lector de noticias se transforma en una
gran celebridad. A punta de verdades se gana la atención de los
televidentes quienes ven sacudida su consciencia con todo la
información que llega a su cabeza...
La loca figura se manifiesta con ira y elocuencia. En cada programa
le dice a la gente que el sistema lo está engañando, que el poder
no está en la política ni en las manos de la gente, que está en el
mercado; que existen grupos económicos que dominan la vida, la
sociedad y todas las empresas, entre ellas los medios; que existen
abusos de cobranza y que los servicios que son entregados a la
ciudadanía no son más que placebos y migajas para que viva tranquila sin rebelarse...
Los gerentes están felices. El show es el más visto de los Estados Unidos; el dinero que entra a la estación se triplica, se
cuadruplica, se quintuplica; nos les importa que el velo falaz que
cubre al sistema sea removido mientras ellos se llenen de nuevos
recursos. Venden su alma por dólares, venden la integridad y su
ética; el ser humano queda expuesto, el sistema también, y así
nuestro egoísmo, avaricia y hedonismo...el crecimiento empresarial
está por encima de todo, incluso de la vida humana...
La gran Faye Dunaway en "Network"
Todo marcha perfecto. La estación crece y el show atrae cada vez más
miradas. Pero, un pequeño gran error echa todo por la borda. La
cabeza más arriba, el jefe más mítico y menos expuesto, el dueño
de todo, el propietario del canal y de una gran corporación pierde
un gran negocio que involucraría millones de dolares, quizás miles de millones, por una declaración del enloquecido predicador de
verdades, y ordena cortar cabezas...
Reitero: no importa la vida humana cuando se trata de ganar o perder
dinero...
Ned Beatty interpretando al líder de una gran corporación.
“Network” es una obra perturbadoramente actual. Quizás, Sidney
Lumet se dio cuenta de todo aquello en aquella época, la época en
que el mundo era empezado a ser gobernado por las grandes
corporaciones, y nos trató de advertir. La televisión, un medio
oscuro, ayer y hoy, (hay que ver lo que ha pasado por estos días con
la red de prostitución infantil y el abuso de poder del productor de
TVN) que es manipulado por titiriteros nefastos, fríos, con
intenciones conspirativas y ocultas. Un televisor está en casi todos
los hogares, quizás todo el día prendido. Se le mira como un
medio/aparato inofensivo y ahí está precisamente su característica
más diabólica. Este aspecto de oveja, no es más que el disfraz de
demonio.
La función número uno de la tevé es: desinformar. Se nos hace
creer que si vemos noticieros estaremos al tanto de todo lo que
ocurre en el mundo, pero no es así. Cuando vemos noticias solo vemos
lo que el editor desea mostrar según los protocolos y la linea
editorial de la estación. Los protocolos y linea editorial son
normados por los dueños: las grandes corporación y los gobiernos de
turno, ¿con qué fines?: alejarnos de la verdad, mantenernos
pendientes por cinco meses de un reality, decirnos que tal político
lleva tantos puntos en tal encuesta y que es un ser amable y
preocupado por los reales problemas de la gente. “La entretención”,
como se nos vendió el concepto, no es más que un mecanismo de
evasión; mientras más pendientes estemos de los estúpidos
programas que la caja pequeña exhibe, estaremos más lejos de la
verdad, de cuestionar a las autoridades, de acercarnos a la realidad
de los países, de luchar por derechos, de protestar, en definitiva
de pensar, razonar y reflexionar. Una persona que no reflexiona se
convierte en un borrego; hoy en día somos todos borregos felices y
entretenidos.
La televisión tiene que ser liviana, “entretenida” y
antireflexiva, dicen “ellos”. “Ellos” han creado un sistema
dónde los trabajadores están todo el día en sus funciones, ganan
poco y se cansan mucho, son explotados en labores de fuerza y
mecánicas, y cuando llegan a sus casa-dicen ellos- lo único que les
interesa es tirarse y ver algo divertido en el televisor, cualquier
cosa que les evite pensar acto que se ha transformado hoy en día
como un esfuerzo más, un gasto energético más...
“Network” es una obra valiente, comprometida e integra, olvidada
quizás en el tiempo, pero con verdades plasmadas en celuloide que
pueden ser revisadas. Lo que nos grita el viejo loco de la cinta es
lo más cercano a la verdad. Pero como todo ser que se atreva a
exponerla, como lo hizo aquel general que también consideraban
perturbado en “Apocalipsis now”, debe ser eliminado.
Una escena de "Network" que tienen que ver...por favor.
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