Tuesday 12 March 2013

Django sin cadenas...


Las películas de Quentin Tarantino siempre son un proceso personal, una catarsis y una venganza íntima. Son un homenaje a ese joven que trabajaba en un vídeo club y que veía todo lo que se le pasaba por delante; son un altar a la pasión contenida por años que tuvo su drenaje cuando aquel joven hizo su primera cinta; son una consecuencia natural de su acumulación y cinefilia...


En “Django sin cadenas” recopila su fascinación por el western; así como en “Bastardos sin gloria” por ese cine iniciático de principio de siglo, ese de genios en blanco y negro y obras maestras paradigmáticas de la primera era del cine. Su nuevo film cita al western americano, a John Ford, al paisajismo amplio y a la gallardía del héroe, pero por sobretodo a ese deslavado e “inmoral” western italiano, de gran y pequeña escala, que se introdujo en América como consecuencia de la producción del hecho en ese país (el único género completamente gringo que existe)


Y al final todo resulta-como es habitual en su cine-una criatura como la del Doctor Frankestein: partes de cuerpos desmembrados, muertos, olvidados, que cobran una nueva vida, pero compuesto de una forma pagana; novedosa, pero deforme. Es esa deformidad (en un figurativo buen sentido) la que constituye el estilo tarantinesco...

Las letras rojas del principio están extraídas directamente de ese cine italiano de pistolas y ponchos, ese western a lo “El gran silencio”, a lo “Django”, ese explotation ubicado en América, pero con sangre latina. Lo deslavado de la fotografía también; y por, sobretodo, ese tono parco, melancólico y trágico que se hace presente en el viaje a caballo que realizan Django y el dentista, éste pretende ayudar al primero a que recupere a su esposa que es propiedad de un despiadado dueño de hacienda...

Django de Franco Nero

Lo curioso es que cuando uno piensa en Spaguetti western (los western hechos en Italia) evoca inmediatamente a Sergio Leone, a su trilogía del hombre sin nombre, a sus tomas radicales y a la música de Ennio Morricone, sin embargo ESE cine de vaqueros italianos no es el que cita Tarantino; aquel se encuentra más en Kill Bill que en Django. Acá estamos hablando del cine B de pistoleros, el cine más olvidado y violento. Éste sin duda se aleja del Americano, pero son hermanos en melancolía y testosterona...

El gran silencio

Otro elementos que Tarantino introdujo es ese con el que viene experimentando hace unos años: las reivindicaciones históricas ficcionadas o, como podríamos llamarle también, las venganzas históricas o correcciones de errores históricos a través de la ficción; y esto no es más que ocupar la ficción para hablar de la realidad y de la ficción al mismo tiempo.

Me explico: si existe alguna posibilidad de que los judíos se venguen de los alemanes y de Hitler es a través de la ficción; si existe alguna chance que los esclavos se venguen de los yankies sureños es a través de la ficción; todos sabemos que eso ya no va ocurrir, aunque sí se podría en la ficción; lo cual sólo nos está diciendo que: esto es ficción; hablemos de la ficción, no de la realidad (Aunque ésta trate de un hecho histórico)

Un amigo hace un tiempo me decía que cuando vio “Pulp Ficción” se sorprendió y se dio cuenta que estaba contemplando algo completamente nuevo, que todas las cintas de Tarantino le parecían impresionante mente originales; y así hay mentes que lo siguen acusando de copión...




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